Este tipo de dispositivo de calefacción es adecuado para secar materiales que no deben ser contaminados o para secar materiales sensibles al calor a bajas temperaturas. Las aplicaciones típicas incluyen: leche en polvo, productos farmacéuticos, resinas sintéticas, productos químicos finos, etc.

En tales sistemas de calefacción, se utilizan vapor, aceite térmico, gases de combustión u otros portadores para calentar el aire a través de varios tipos de intercambiadores de calor.

El problema más fundamental con los hornos de aire caliente indirectos es el intercambio de calor. Cuanto mayor sea el área de intercambio de calor, mayor será la tasa de conversión térmica, mejor será el efecto de ahorro de energía del horno de aire caliente y más larga será la vida útil tanto del cuerpo del horno como del intercambiador de calor. Por el contrario, el tamaño del área de intercambio de calor también se puede identificar a partir de la temperatura de los gases de combustión: cuanto más baja sea la temperatura de los gases de combustión, mayor será la tasa de conversión térmica y mayor será el área de intercambio de calor.